Más Por Ellos es una asociación sin ánimo de lucro creada por jóvenes españoles con el fin de promover empresas sociales y un desarrollo sostenible en el barrio de Kibera (Kenia). Su objetivo es cubrir las necesidades básicas a través de una plataforma de interconexión entre padrinos y apadrinados, e inculcar un desarrollo fruto de la creación de empresas sociales. Una empresa social es aquella que tiene un alto impacto social.

martes, 25 de junio de 2013

MUZUNGU

´´Muzungu! Muzungu! How are you?´´

Fiestas, amigas, elegir una carrera, ir de compras, ir al cine… eso era lo que debería haber ocupado mi cabeza cuando cumplí 18 años. Pero había terminado el colegio y para mí, todavía no era momento de decidir. Necesitaba vivir.

Mientras mis padres me aconsejaban lo contrario yo estaba terminando de cerrar la maleta. La ilusión y el miedo estaban al mismo nivel. Empezaba una aventura, mi aventura. Empezaba un sueño, y sin saberlo, estaba a punto de empezar a drogarme y volverme adicta. Mi droga y destino se fundían en el mismo nombre, África.

Tenía pensado empezar a recorrer África por Kenia, con 8 meses por delante Nairobi me pareció un punto de partida perfecto. Un conflicto entre las guerrillas locales me obligó a cambiar de dirección. Zambia me llamó la atención. Realmente creo que fue porque no sabía ni donde estaba en el mapa. Quizá el hecho de tener en su frontera con Zimbabwe, una de las siete maravillas del mundo, como son las cataratas de victoria, me ayudo con la elección. El plan era pasar ahí uno o dos meses. El plan nunca se cumple.
VICTORIA FALLS

Muzungu! How are you?

Es imposible explicar con palabras que me hechizó. Qué fue lo que me llevó a establecerme en Zambia. Hay infinitos buenos motivos pero entre ellos el que más me atrajo fue su gente.

Mwandi es un pequeño poblado próximo a la ciudad de Livingstone. Todo era tan distinto a lo que estaba acostumbrada, las caminatas eran eternas, el ritmo de vida completamente ralentizado, y las necesidades para ser feliz, muy distintas. En ese poco tiempo acabé conociendo a casi todo el poblado, adopté algunas de sus costumbres y empecé a chapurrear su dialecto. África era completamente diferente. Era otro mundo que acababa de descubrir y del que no quería salir.



   
MORRIS
Me encantaba ir a un colegio pequeñito del poblado donde los niños acuden gratuitamente para cursar la educación primaria. Ahí colaboré con profesores, pintando paredes, jugando con los niños e incluso monté un club de lectura en el que niños o adultos del poblado podrían venir en horas extraescolares a aprender a leer. Me enamoré de cada uno de los niños que iba conociendo, cada uno con su historia. Quizás Edson, el alumno perfecto, listo, risueño, que con 10 años tenía 3 hermanos y una madre de 25 años..; o Morris, huérfano tras perder a sus padres y hermanos por el ataque de un elefante mientras caminaban tres horas para llegar a la ciudad; o Alex, huérfano de madre, que con 14 años padecía la enfermedad más esparcida por frica, para la que no hay cura y cuyo padre le abandonó tras enterarse de esto.
A pesar de todo esto, que en nuestro mundo llamaríamos tragedias pero que para ellos no son más que ‘’cosas de la vida’’, estos niños no hay día que pierdan su sonrisa. No hay día que al caminar por las calles no se oiga; ‘’Muzungu! Muzungu! How are you?’’. Muzungu es el nombre que ellos ponen a los blancos.
EDSON

Con el tiempo, mis vagas ideas de estudiar idiomas cambiaron por completo. Algo me había unido a Zambia, y sin darme cuenta había delineado mi futuro más próximo. Estudiaría medicina en España, curaría en África. 

Nada más aterrizar en Madrid, ya estaba planeando una visita para el año siguiente. Empecé medicina y antes de que pasase un año había conseguido ahorrar lo suficiente como para volver a Zambia. Volví al colegio de Mwandi a ver a ‘’mis’’ niños. La directora del centro, Joyce, me confesó su preocupación por ellos. Edson estaba acabando primaria, y sin ayuda, se vería obligado a abandonar el colegio, él y sus 19 compañeros, ya que sus familias no tenían recursos suficientes para poder seguir manteniéndoles escolarizados. No podía volver a mi vida de Madrid, sabiendo que esos 20 niños no podrían seguir estudiando siendo tan pequeños. Decidí intentar organizar un sistema de apadrinamientos. Gracias a los amigos y familia que tengo, no me costó mucho convencerles en participar en el proyecto. El dinero llegaba al 100% ya que o lo enviaba yo o lo llevaba personalmente y Joyce se ofreció voluntaria a ocuparse de todo. ‘’Todo’’ significa ir andando desde el poblado varias horas a la ciudad a comprar el uniforme para cada niño, a los colegios…etc. Con apenas 100 euros, cada padrino pagaba el colegio y la uniformidad de un niño por un año. Lo que cuesta una entrada para un musical, lo que cuesta una buena cena o una buena noche de copas. A cambio, un niño estudiaría un año más.

Mi siguiente viaje fue distinto. Ver a los niños en el colegio, contentos de tener un uniforme, unos zapatos con suela o un cuaderno en lugar de la parte de atrás de su mano, no podía ser más feliz. Ya son tres años los que llevan estos niños apadrinados, estudiando, y quizás creando una vida con un futuro un poco más prometedor. (Definitivamente no podría haber sido así sin la ayuda de todos aquellos increíbles ‘’padrinos’’).
Así que las cosas pueden ser de otro modo, lo infinitamente pequeño puede volverse grande.
Ojalá pudiera apadrinar a todos los niños. Ojala pudiera salvar a la niña de 13 años que está embarazada, a los niños que con 10 años siguen los pasos de sus hermanos y se drogan con lo primero que encuentren, a los niños que con 12 años están caminando horas hasta la frontera de Zimbabwe, haciendo negocios y a todos los que sueñan con ser enfermeras o pilotos, pero solo pueden soñar porque la historia, la geografía, la política, o las miles de razones ajenos a ellos les ha dado injustamente esa vida.
 
Mi idea era en algún momento montar algo que podría tener una financiación infinita para poder apadrinar a todos los cursos que acabasen el colegio. Era solo una idea. Hasta que hace unos meses Alvaro me llamó. Alvaro tiene apadrinado a uno de los niños. Como siempre, dispuesto a ayudar, entregado y generoso, otro enamorado de África que sin pensárselo dos veces, me contestó diciendo ‘’Dime donde te ingreso el dinero’’. Cuando me llamó, me contó su idea, su proyecto, su sueño. Mucho más grande de lo que yo jamás habría intentado aspirar. Me dijo que quería montar una ONG para ayudar al barrio de Kibera donde él también pasó una larga temporada. Quería contar con mi ayuda. Empezando en Kenya y continuándolo en Zambia algún día, sin dudar, acepté.
 
Desde entonces, me he puesto a las manos de 4 personas que me asombran cada día con su iniciativa, su creatividad, su esfuerzo, su trabajo, su dedicación, su buen humor, sus ganas, su ilusión, su inteligencia…podría seguir… pero lo que más me gusta, es que no pierden la esperanza, que están seguros de que esto va a aportar ese granito de arena al mundo que puede hacer una diferencia. Alvaro, Meso, Nacho y Pedro hacen que montar una ONG parezca pan comido. Este último mes he estado ausente por exámenes y cosas que en mi mundo en Madrid cobran más importancia de lo que cobran en mi mundo en África, y sin darme cuenta, este proyecto ha avanzado a pasos agigantados. Sin duda alguna, gracias a ellos. Definitivamente como vosotros también estáis pensando; tengo la mayor suerte del mundo.

Gracias por leer el blog y ayudarnos poco a poco a hacer esto realidad.

Elena




SÍGUENOS TAMBIÉN EN FACEBOOK (Más Por Ellos), INSTAGRAM (@masporellosY EN TWITTER (@masporellos).

domingo, 23 de junio de 2013

De Jaipur a Jodhpur

Toda esta historia de Más Por Ellos empezó para mí hace varios años cuando decidí con otro amigo irme de viaje a la India. Con los billetes sacados y el viaje en mente hablé con Álvaro y le dije que se apuntase, él acababa de volver de Kenia y estaba pensando precisamente en irse a la India. Dicho y hecho, estuvimos dos semanas viajando por la India. Durante el viaje disfrutamos de la esencia de la India; los colores, los aromas y lo que yo creo que es lo mejor de la India, su gente.
En Jaipur pasamos algún momento de tensión cuando un joven taxista nos invitó a tomar unas cervezas con sus amigos. Ilusos nosotros nos fuimos con él hasta un local con no muy buena pinta que aparentaba ser una tienda de alfombras. En la tienda había alrededor de diez o quince chicos jóvenes que nos empezaron a preguntar todo tipo de detalles sobre nuestro viaje, haciendo especial hincapié en el aspecto económico: ¿Cómo nos lo habíamos pagado? ¿Cuánto dinero pensábamos gastarnos en la India? ¿Cuál era nuestro sueldo en España? etc… Al final del cuestionario nos contaron una historia en la que acabaron ofreciéndonos 2000 dólares si enviábamos un paquete desde la India a nuestra casa en Madrid. En teoría ese paquete lo recogía el primo de uno de los chicos que tenía una joyería en Madrid. También en teoría el paquete era pequeño, no más de 1 kilo y el contenido eran joyas de plata. Muy cautos rechazamos la suculenta oferta ya que la idea de pasar una temporada a la sombra en una cárcel India no era lo más apetecible en ese momento. Tras insistirnos alguna vez más y ver nuestras negativas decidieron que la fiesta se había acabado y que nos teníamos que ir. Sanos y salvos volvimos a la estación a seguir nuestro viaje.
De Jaipur nos fuimos a Jodhpur y de ahí a Bombay. En Bombay Álvaro consiguió contactar con la ONG Sonrisas de Bombay con los que tuvimos la suerte de visitar Dharavi, el mayor slum (barrio de chabolas) del mundo, y los proyectos que ellos estaban llevando a cabo allí. Sin lugar a dudas este viaje nos impacto profundamente y cambió nuestra manera de ver la vida y el mundo. En la India aprendimos a apreciar cada día como un regalo, cada día es una oportunidad de seguir disfrutando de todo lo que tenemos y sobretodo de los demás que son los que en última instancia dan sentido a nuestra vida. La India es alegría y generosidad constante y la esperanza de que se puede y se debe cambiar el mundo, cualquier gesto por pequeño que sea vale. Es la unión de esos pequeños esfuerzos lo que mueve el mundo hacia delante y en la India y especialmente en Dharavi vimos que era posible.


Entre tren y tren, Álvaro me contó su experiencia en Kenia y la idea de, en algún momento dado, montar él su propio proyecto. Le dije que cuando decidiese ponerse en marcha contase conmigo. En enero de este año tuvimos esa conversación, me contó que junto con Álvaro Mesonero-Romanos (Mesonero a partir de aquí para no confundirlos), Nacho y Elena estaban empezando a barajar la idea de montar algo en Kenia. Hablamos de emprendimiento social, ayuda al desarrollo, orfanatos, educación, asistencia sanitaria y cómo podíamos conjugar todo ello en un único proyecto. A partir de ahí me uní al equipo y empezamos a matizar la idea, hablamos con toda la gente que pudimos, les expusimos la idea, escuchamos sus críticas y fuimos dando forma a lo que hoy en día es Más Por Ellos.

Todos estos meses de trabajo han ido dando sus frutos en forma de reconocimientos y premios. El camino que nos queda por delante es todavía más bonito y lo bueno está por llegar.

Quiero ahora hablar del equipo porque detrás de un gran proyecto tiene que haber un gran equipo y sin duda este lo es: 


  • En primer lugar está Álvaro Pérez-Pla. Álvaro es el alma y el motor de esta locura, fue él quien nos junto a todos y quién ha decidido saltar al vacío y empezar a volar de la mano de Más Por Ellos. Sus ganas de que todo salga perfecto y su incansable trabajo son vitales. Álvaro es además un tipo muy pasional y esa pasión nos la contagia a todos. 
  • Álvaro Mesonero-Romanos o Meso es el espíritu libre del equipo. Meso es nuestro arquitecto, pero arquitecto en todos los sentidos. Es él el que pone un poco de orden y cordura al equipo, el que estructura el trabajo y los proyectos y el que al fin y al cabo nos orienta a los demás para sacar lo mejor de cada uno.  
  • Nacho es el hombre feliz y alegre. Su sonrisa y su buen carácter es siempre de agradecer, al igual que su sentido común, de vital importancia en proyectos como el nuestro de gente joven idealista y soñadora. Nacho siempre tiene ganas de trabajar aunque sean las 4 o las 5 de la mañana y llevemos 6 o 7 horas dándole vueltas al mismo tema. 
  • Elena es la mujer de este equipo. Yo soy de los que creo que detrás de cada gran equipo hay una gran mujer y por suerte nosotros la tenemos. Elena es de esas personas que parece que su día tiene 40 horas y no 24 porque consigue hacer el doble que los demás y encima, lo hace con alegría. 
  • Por último estoy yo, Pedro, que trato de ayudar en todo lo que puedo y cómo puedo y eso seguiré haciendo mientras me dejen.

Además merece la pena también agradecer su ayuda a nuestro "Consejo Asesor" o más bien a nuestra voz de la experiencia, nuestro Pepito Grillo particular. Ellos son María, Robert y Maurico, que aunque en edad son algo mayores que nosotros, en espíritu son igual o más jóvenes que nosotros. Desde el primer día les hemos consultado y presentado cada uno de los pasitos que íbamos haciendo y ellos, regalándonos su tiempo, han ido aconsejándonos y orientándonos con paciencia y sinceridad. Gracias de verdad y esperamos poder seguir contando con vosotros por mucho tiempo. 

Para finalizar quiero dar las gracias a nuestros amigos y especialmente a nuestras familias. Desde el primer día nos han apoyado con mejor o peor cara pero creyendo en nosotros. Muchas gracias y seguimos trabajando por cambiar el mundo!!

     Pedro


SÍGUENOS TAMBIÉN EN FACEBOOK (Más Por Ellos), INSTAGRAM (@masporellosY EN TWITTER (@masporellos).


jueves, 20 de junio de 2013

"POLE-POLE" - Paso a paso

Plataformas web y empresas sociales. Dos términos que actualmente son constante tema de conversación. Más Por Ellos. Una idea que une estos dos conceptos para crear una nueva forma de ayuda al desarrollo. Una filosofía de vida. Como dijo Platón: ¨Buscando el bien de nuestros semejantes, encontraremos el nuestro".

Con este blog queremos acercarnos a vosotros y presentaros nuestras ideas y objetivos, pero sobre todo, que también forméis parte del proyecto y veáis cómo coge forma y progresa. Actualizaremos el blog regularmente; nuestros avances, fotos, videos, noticias relevantes… También podréis comentar lo que queráis. Nos queda un largo camino por delante y ya que esta es nuestra primera entrada veamos cómo empezó todo.

Hace unos años me fui a un orfanato perdido entre dos pueblos de Kenia; Makuyu y Pundamilia. Buscaba una de esas experiencias vitales que te hacen valorar más las cosas, pero que sobre todo  te hacen crecer como persona. Muy decidido tras varios años de fracaso académico, decidí comprar un billete de ida a Kenia. Ya me volvería desde Ciudad del Cabo después de hacer puenting en las Cataratas Victoria y cruzar el Desierto de Kalahari con los Bosquimanos. La verdad es que encontré todo lo que buscaba, parece irónico dicho así cuando me tuve que volver a los tres meses porque me querían denunciar por enfrentarme con el director del orfanato, pero eso es otra historia. El caso es que soy de esas personas románticas que les gusta ponerse un propósito en la vida, y en Kenia encontré 100.000 razones por las que seguir creciendo como persona y un proyecto seguro de vida, hacer un orfanato idílico en la costa de Kenia, “Mombasa o Lamu no estaría mal”. Volví a Nairobi para ver a los amigos que había dejado atrás, y en Julio de 2010 ayudé a crear la ONG Lisha Mtoto que en swahili quiere decir “alimentando a niños”.


                 Eric y yo el dia que fundamos Lisha Mtoto

Tras unos duros años de estudio y malas experiencias en diversas prácticas por fin acabo la carrera, y decido que antes de empezar a mandar CVs a diestro y siniestro me quiero tomar dos semanas para considerar la promesa que le había hecho a mi buen amigo Eric, director de Lisha Mtoto. Una buena idea, buenos apoyos, situación pésima en España… y especialmente ganas! Todo suena a que me voy otra vez con billete de ida a Kenia y os prometo que algún día podréis ver como me vuelvo desde Ciudad del Cabo. De momento POLE-POLE.

Muchas gracias por leer hasta aqui!


Álvaro Pérez-Pla

SÍGUENOS TAMBIÉN EN FACEBOOK (Más Por Ellos), INSTAGRAM (@masporellos) Y EN TWITTER (@masporellos).


domingo, 2 de junio de 2013

Más Por Ellos

Somos un grupo de jóvenes españoles con muchas ganas de ayudar, que ha decidido unir fuerzas y conocimientos para crear Más Por Ellos, un nuevo concepto de ONG. 

Queremos promover un desarrollo sostenible en el barrio de Kibera (Nairobi) y esto lo vamos a hacer apoyándonos en dos pilares: el proyecto de apadrinamiento y el proyecto de empresas sociales o emprendimiento social. Cubrimos así todos los aspectos necesarios para mejorar la calidad de vida de las personas a las que queremos ayudar: la educación, que es a su vez necesaria para poder crear un negocio que les otorgue autonomía y autosuficiencia económica. Vamos a desarrollar estos proyectos a través de nuestra plataforma de interconexión, que va a poner en contacto a los padrinos con los apadrinados. 

Nos diferenciamos del resto de ONG en que hemos cogido lo mejor de una ONG y de una empresa corporativa y hemos creado Más Por Ellos. Nuestro objetivo es ser una organización sin ánimo de lucro totalmente transparente creada con el fin de promover el desarrollo de la zona pero que a su vez sea económicamente viable, que no dependa exclusivamente de las donaciones. Para ello, vamos a crear una red de empresas sociales. Una empresa social es aquella que busca el beneficio económico pero también el beneficio social. Estas empresas nos ayudarán a cubrir los gastos del proyecto de apadrinamiento.


Os animamos a que nos sigáis también en Facebook (Más Por Ellos), Twitter (@masporellos) y en Instagram (@masporellos) para ser los primeros en conocer nuestras novedades. 


Muchas gracias por visitar nuestro blog y por interesaros en nuestro proyecto.

El equipo de Más Por Ellos

POLE - POLE